Ser vencedor el mismo día de una carrera de catorce kilómetros y de un concurso literario, es una gloria nada desdeñable, y si hay entre vosotros quien tenga suficiente sangre en las venas, e ideales en el alma para librar batalla, nuestros mejores y más sinceros deseos lo acompañen (Pierre de Coubertin, 1891)