Un equipo de fútbol en cada comunidad. Un gimnasio y un campo de juego con duchas en cada barrio. Una piscina de natación en cada ciudad. Equitación y boxeo en las ocasiones que sean precisas. Una sección coral en cada sociedad de gimnasia. Lo menos posible de reglamentos, de jerarquías y de insignias. Nada de política, nada de partido, nada de dirigentes ajenos al deporte (Pierre de Coubertin, 1905)